lunes, 11 de junio de 2007

Falla de Boconó



Las personas que trabajan en alguna de las ramas de la Desastrología suelen ser poco propensas a divulgar buenas noticias porque se aferran al famoso teorema de Bellandi: "si algo malo puede pasar.....pasará y, además, lo hará en el peor momento". Más aún, algunos de los desastrólogos creen en un segundo teorema, atribuido a un tal Morgan, que afirma que "Bellandi es un optimista".


Jaime Laffaille







El paisaje de nuestros Andes Venezolanos ha sido forjado, durante millones de años, por la acción de diversos procesos naturales y, más recientemente, también por la acción humana. El resultado es una obra tan espectacular, que cada proceso parece haber sido dirigido por la inteligencia de un artista creador, tal como si fuera una herramienta en las manos de un artífice que realiza su obra maestra. Los glaciares esculpieron las cumbres rocosas de los picos que conforman las diferentes sierras y páramos, dándoles formas particulares que pueden ser reconocidas por los caminantes desde kilómetros de distancia, sirviéndoles así de guía en su tránsito por los selváticos piedemontés y las alturas heladas. Los cursos de agua que bajan de las montañas llevaron hasta los valles miles de toneladas de sedimentos que formaron depósitos en forma de mesas o terrazas, donde los pobladores construyeron sus pueblos y ciudades.

Luego del relato de la obra natural y artística que acabo de narrarles, considerándola como un abre boca para comprender las características fundamentales que tiene consigo la falla de Boconó, me dispondré entonces a discernir en cuanto al tema.


La famosa Falla de Boconó que desde muy chicos hemos estado escuchando, al menos los que somos nativos de estos parajes andinos, corresponde a lo que se conoce como una falla tectónica que se desplaza aproximadamente 500 Km a lo largo de todo el centro del relieve de los Andes Venezolanos, entre la depresión del Táchira y el Mar Caribe, tiene entre 1 y 5 Km de ancho en dirección noreste. Su nombre reside en la razón de pasar justo por debajo del pueblo perteneciente al estado Trujillo llamado Boconó.

Esta falla a su vez, se ramifica hacia el este de Morón a lo largo de la Costa del Mar Caribe con las Fallas de Morón y El Pilar. Este sistema de fallas representan la zona de choque al norte de nuestro país desde hace unos 5 millones de años. La torcedura de la Falla de Boconó, por decirlo de una forma más comprensible, en relación al rumbo de los Andes Venezolanos y el hecho de que ella corta y desplaza provincias geológicas de origen y edad diferentes (Cordillera de Los Andes y del Mar Caribe) sugiere que es una estructura externa a esos sistemas, que fue incorporada a la frontera entre las placas del Caribe y América del Sur en un pasado geológico relativamente reciente.

Según estudios recientes, se cree que esta falla corresponde a la única fuente sísmica de la región andina capaz de generar eventos de magnitud superior a 6.5 (escala de Richter), es decir, movimientos sísmicos de gran magnitud. Estas estimaciones siempre tienden a alarmar, pero es bueno no olvidar que existen los milagros y que la divina providencia nos protege.

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